Eso es lo que hay

Por: DieGO

Desde la infancia, al colombiano se le enseña a, se le exige conformarse con lo poco que pueda tener, bajo el peligroso e impreciso pretexto de "ser agradecido".

El pobre se resigna a ser pobre y a vivir, sobrevivir con lo que bien posea.

Y con esa misma mentalidad pueblos enteros se acostumbran a vivir con violencia, con  corrupción, con negligencia institucional y tantos otros síntomas de la decadencia de un país.

"A donde llego digo que soy costarricense. La verdad, me da vergüenza decir que soy colombiano", expresa un piloto de una importante aerolínea cuyo nombre prefiere no sea publicado.

Y tiene sus argumentos: "Es muy triste ver cómo se roban medio país y que la gente siga su vida como si nada, normal. Y ahora con el Tratado de Libre Comercio (TLC) los gringos van a empezar a llevarse toda la comida, hoy no pasa nada, pero cuando empiece a escasear la y la gente comience a pasar hambre, la guerra va a ser por los alimentos y no va a haber nada que hacer".

Ahora espera pacientemente la confirmación de una recarga a su móvil, lo cual no es extraño pues apenas lo carga cuando está en el país, lo que sí inquieta es su mirada triste, melancólica, contrasta con la seguridad en sus palabras.

Cuando recibe el mensaje correspondiente, interrumpe el silencio nuevamente: "Usted no se imagina cómo roban a la gente las compañías de telefonía celular, cuando usted pone saldo, de una empiezan a llegarle mensajes de concursos, de llamadas viejas, ¿todo para qué? Para que usted llame y consuma, le pasan directamente las llamadas al buzón para que usted tenga que devolverlas y que gaste, o le cobran llamadas que ni timbran", hace una pausa, elimina los mensajes que no le interesan, resultan ser todos los recibidos tras la recarga, mientras con gesto de decepción mueve de lado a lado la cabeza. "Si le dijera todo lo que hacen... yo sé porque un amigo mío trabajó en Comcel y me contaba todo, no se imagina los millones y millones que le roban a la gente".

Impunidad patrocinada por el ferreo sistema de trámites capaz de provocar resignación en la población acostumbrada a que "nunca pasa nada" y a agachar la cabeza pues "eso es así y ya".

Antes de irse, el piloto afirma: "yo estoy haciendo papeles para obtener la nacionalidad italiana, por parte de mi abuelo. Lo hago por mis hijas, no tanto por mí. Yo no quiero que ellas vivan en este país, o por lo menos quiero que tengan la oportunidad de escoger".

En algo estamos de acuerdo: es muy triste esa resignación de la gente, la falta de carácter para luchar por mejorar lo presente, pero lamentablemente "eso es lo que hay".


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