El inicio de un viaje




Barcelona, París, Atenas, Buenos Aires, Berlín     

Elegir un destino no es algo fundamental a la hora de viajar, muchas veces es el lugar el motivo mismo de un viaje, bien sea por un evento, por posibilidades de estudios u otras oportunidades, por invitaciones, eventos públicos o particulares y por qué no, las ofertas de temporada.
Decidido el dónde y el porqué, la decisión siguiente es la compañía: los viajes en solitario ofrecen una total libertad, tranquilidad y despreocupación; y el efecto de viajar acompañado varía en función de la compañía, pues no es lo mismo viajar con la familia que con los amigos, o en pareja, o con compañeros de trabajo o estudios; esta decisión afecta el itinerario pues generalmente como buenos humanos cada quién querrá estar y pasar más o menos tiempo en determinados sitios.
Y según la compañía también variará el presupuesto, viajar acompañado suele aligerar los costes de hospedaje y ocasionalmente los de transporte, sin embargo suelen elevarlos respecto a un viaje individual ya que además de gastar en lo que quieres, también te cuesta lo que quieran los demás (salvo que te inviten, claro).
Es mejor viajar solo que mal acompañado, es lo que siempre digo cuando me preguntan qué prefiero al respecto. La ventaja clara de hacerlo bien acompañado es el compartir, poco hay más agradable que poder reír con una amiga comentando momentos especiales del viaje, o revivir apartes locos del viaje mediante grabaciones o fotografías.
Pero claro, no se puede ocultar que una mala compañía puede arruinar un viaje memorable (Otro punto para la soledad). Definitivamente como diría mi amigo Peter: “eso va al gusto del consumidor”.
Llegamos a otra pregunta crucial: ¿Qué me llevo? Mi consejo es: Lo menos posible, lo imprescindible, personalmente creo que mientras más se cargue menos se disfruta. Pero es básico llevar la información fundamental: Horarios, transportes, sitios de hospedaje reservados y cómo llegar y algo del tiempo de un lugar a otro.
Hay quienes se aventuran ciegamente simplemente saliendo con sus tiquetes y andando hacia donde el viento y la gente los lleve: Nunca se van a complicar. Hay también, por otro lado, quienes planifican el minuto a minuto y en su equipaje tiene lugar preferencial la wikipedia del sitio, con todo y fotos: Estos van con toda seguridad. Sin embargo, los primeros se van a perder de muchas cosas y los segundos van a sufrir bastante si un bus no pasa a cierta hora o cuando un sitio cierre, pues un cambio en lo planeado les descuadra todo.
Un sitio siempre es más de lo que conocemos, por eso considero ideal tener claras ciertas cosas que se quieran hacer y conocer en el sitio, en función del tiempo disponible, plantear una franja horaria muy flexible para cada cual e investigar algo sobre el transporte para no pasar sustos; y sin embargo dejar bastante tiempo para conocer lo que nos encontramos en cada sitio sin pensarlo, lo que se nos pasa de averiguar, lo repentino, el poder dialogar con un lugareño o contemplar un espectáculo callejero imprevisto.
Lugar escogido, presupuesto decidido y compañía seleccionada, llega la hora de escoger el cuándo, lo cual será más fácil si depende del tiempo de una sola persona. Es entonces cuando se empiezan a mirar las vacaciones, los días feriados o algún fin de semana que se acomode; y por supuesto los eventos del sitio de llegada, bien para ir o para evitarlo, según sea el caso. Organizar la logística es clave: muchos tiquetes baratos lo son por la dificultad que representa llegar a ciertos aeropuertos o estaciones de transporte a determinadas horas.
Hace varios años ya, una sabia llamada Eliana me dijo “el tiempo está en tus manos”, y en este tiempo lo he podido comprobar. Y a propósito, no escribo más por hoy pues un viaje me espera.

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