Por: DieGO
¿Llegarán más de 10 mil promesas del deporte del mundo a una ciudad donde cada mes roban la bicicleta a un ciclista profesional? (Van tres este año). Fuera de la estadística, claro está, quedan todos aquellos jóvenes sin voz, ávidos de triunfos y llenos de sueños, que nunca llegan a cumplir, víctimas de una Medellín plagada de drogas, armas y amigos de lo ajeno.
La caravana ciclística del martes en Medellín reunió a los mejores bicicrosistas del país, no en torno a una copa o una medalla, sino escoltando el cuerpo sin vida de ‘Julito’, quien llegó a la meta antes de tiempo y no rompió ninguna marca.
Foto: Juan Gabriel Salazar |
Una bala perdida cobro la vida del joven Daniel Buitrago al encontrarse con su cabeza y causarle un daño irreparable. Noticia infortunadamente común en la capital antioqueña y que, esta vez, enluta al deporte una vez más.
Así transcurre la vida en una de las urbes finalistas para organizar los Juegos Olímpicos de la Juventud, una lucha constante entre el desarrollo, la innovación, el empuje paisa, el crecimiento del deporte, el surgimiento de atletas, y la violencia, la delincuencia y el miedo.
Es el tira y afloje de la ciudad más innovadora y la ciudad más violenta del planeta, la misma que cobró la vida del futbolista Andrés Escobar en 1994, ¡por marcar un autogol!
¿Llegarán más de 10 mil promesas del deporte del mundo a una ciudad donde cada mes roban la bicicleta a un ciclista profesional? (Van tres este año). Fuera de la estadística, claro está, quedan todos aquellos jóvenes sin voz, ávidos de triunfos y llenos de sueños, que nunca llegan a cumplir, víctimas de una Medellín plagada de drogas, armas y amigos de lo ajeno.
Daniel Buitrago, ‘Julito’, ya se fue, rodará y saltará morros en el cielo, mientras por el mundo seguirán los Pajón, Oquendo, y demás, sonriéndole al mundo, como embajadores buscando cambiar la cara de una triste sociedad.
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