El milagro de Bochum

Por: DieGO

Siempre que vi jugar a las chicas de la selección Colombia de fútbol, perdieron, jamás las he visto ganar un partido a pesar del gran fervor generado a su alrededor.  Y tal vez no necesito verlas ganar el primero para afirmar que son motivo de orgullo.

Las vi por vez primera en el sudamericano sub 20 organizado en Bucaramanga, precedidas de cinco victorias al hilo y con ellas la clasificación al mundial de la categoría, por ende gran expectativa, me animé a verlas por televisión, a través de Señal Colombia. Ese partido lo perdieron dos a cero. Más allá de los números previos, no entendí la algarabía.

Y así llegaron al Mundial Sub-20 hace un año en Alemania, al parecer no desentonaron en el primer partido, renació la emoción alrededor y decidí ver el segundo, casualmente en Bochum, en esta ocasión la derrota fue por 3-1. "Al menos están en un mundial", pensaba recordando el de recién terminado Mundial de Suráfrica.

Foto: Fifa/Getty Images
Distante seguía los acontecimientos, más por mi labor periodística que por esperanza alguna. Tras superar la fase de grupos y los cuartos de final, sintonicé los últimos juegos, recuerdo las derrotas consecutivas y por idéntico marcador: 1-0 ante nigerianas en semifinales y koreanas por el tercer puesto, dejando a las nuestras en el cuarto lugar y con la mayor cantidad de tarjetas amarillas del torneo. No dejaba de ser meritorio.

Algún día pensé "¿De dónde sacó Ricardo Rozo a estas muchachas?" Habían pasado de no existir entre las 100 mejores selecciones del mundo según FIFA, al puesto 37 de su clasificación, en menos de un año.
Volví a saber de ellas en Ecuador, era noviembre de 2010, precedidas grandes alabanzas de quienes sí siguieron toda su campaña hacia el mundial juvenil, y dos victorias por goleada en el suramericano de mayores me di la oportunidad de observarlas una vez más. Sí, cayeron por 1-2 en esta ocasión en Cuenca. Aún así, diecisiete goles en cinco partidos las llevaron al cuadrangular final, del cual únicamente vi el segundo partido: fue un 5 a 0 redondo... para las brasileñas, especialmente para Marta quien marcó dos esa tarde-noche en Latacunga. Sin embargo, clasificaron al máximo torneo del planeta.

Mundial es mundial, esta vez tuve el interés y el privilegio de ver todos los partidos de nuestras representantes. Como era de esperar, el debut de la tricolor fue con derrota en Leverkusen, 1-0 ante las suecas, gran resultado dada la enorme diferencia en biotipo y potencia de las nórdicas. En segunda instancia, un 3-0 de parte de Estados Unidos y la eliminación inmediata hicieron aterrizar en Sinsheim a quienes volaron en infundadas ilusiones y a los autores de apodos absurdos como "las chicas superpoderosas", también esta derrota era normal ante una selección organizada, con liga profesional y palmarés.

Foto: Fifa/Getty Images
Días más tarde, el seis de julio, mientras acudía a una cita odontológica y veía el partido en un viejo y pequeño televisor de consultorio, ocurrió el milagro en Bochum. Once jugadoras Sub 20 vestidas de amarillo, azul y rojo, sin marcar un sólo gol, enfrentadas a la plantilla mayor del octavo equipo en el mundo, conseguían la hazaña: Colombia lograba un punto, el primero de la historia al empatar sin goles ante la República de Korea.

De hecho, la clasificación ya era heroica, llegar a un mundial sin inversión era una proeza, aguantar la lesión de Paula Forero, guardameta titular, y la baja por dopaje de Yineth Varón, su segunda alternativa, era una gesta estoica, y superar un grupo con las selecciones número uno, cinco y ocho del mundo, donde sí existen ligas profesionales, canteras y desarrollo del deporte, además de la ventaja física, era una lucha contra la corriente. Por eso, ser la selección 29 del mundo en la actualidad, es un lujo.

¡Y lo lograron! Un punto en un mundial de mayores, un logro que la selección masculina no consigue desde el siglo pasado, con la octava mejor liga del mundo según la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol, con figuras en las mejores escuadras del mundo, con patrocinios importantes, con la confianza a un técnico que ya fue mundialista, con el respaldo masivo de los medios de comunicación y de un país pendiente.

Ya es hora, señores de la Federación, que construyan el fútbol femenino en nuestro paía, ya es hora, señores del gobierno, que inviertan en el desarrollo y promuevan la igualdad de las mujeres que tanto predican, y ya es hora de que los medios le demos el reconocimiento que merecen estas guerreras.

Foto: El País
Aquella selección que ya es 54 del mundo, que ilusiona ante los rivales "grandes" y desilusiona ante los chicos haciendo preveer otra eliminatoria de espanto, con presentaciones espectaculares ante Brasil y Argentina habitualmente sin victorias, y con sufrimientos ante los "chicos" con resultados dependientes del momento de los rivales.

Sin ir más lejos, mientras las mujeres, o para ser más preciso, las niñas sudan la camiseta (que nunca he visto intercambiar) y logran el milagro de Bochum, los hombres de la patria nos dan la decepción de Córdoba.

1 comentario:

  1. excelente!!!!! que vivan las niñas deportistas de este pais! una palabrita con ausencia de una letra importante para su lectura no le quita la emoción y dedicación de esta publicación, me encanto te felicito! =)

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