El infierno rojo

Por: DieGO

2014 será el tercer año de América de Cali en el Torneo de Ascenso en el balompié colombiano.

Muchas versiones apuntan a los beneficios de permanecer en la B, compartido en el análisis de varios equipos históricos que permanecen en la segunda categoría, especialmente en lo económico, por las reducciones en los costos inherentes a la primera división.
De ser así, peca la Dimayor en generar mayor interés en la B que en la A, haciendo un daño irreparable al espectáculo y al nivel del fútbol nacional.

Pero los Diablos Rojos tienen sus propias causas para permanecer hundidos.

Las decisiones han estado mal desde las directivas, contratando técnicos sin los pergaminos suficientes como Eduardo Lara, o respaldando procesos equivocados como el de Diego Édison Umaña.
Desde el banquillo, nunca se logró solidificar un equipo, una idea, ni una identidad, como consecuencia del fichaje de jugadores estelares de la B, que primero, son de la B, y segundo, nunca brillarían en el Pascual Guerrero porque no fueron rodeados como en sus equipos de procedencia.
El bajo nivel demostró también la ausencia de jugadores en su plenitud, y denotó el exceso de jugadores con mucha inexperiencia, y sin identidad
Esa falta de identidad desnuda la caída de una de las grandes canteras del país, que surtió a Colombia de talentos inconfundibles durante décadas, y que hoy adolece de futbolistas con amor por la camiseta, con sentido de pertenencia por una institución que no los formó.

Por lo pronto, y mientras no se haga una inversión focalizada, para traer un técnico de renombre, como Ricardo Gareca o Julio César Falcioni - dos referentes americanos laureados - y jugadores que sean ídolos, todo indica que viene otro año de parir piñas para la inmensa hinchada escarlata.

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